La «España de las sonrisas» de Sánchez: los muertos semanales por Covid se multiplican por 8 en un mes
Pese a la euforia mostrada por el Gobierno español, la pandemia de coronavirus sigue arrojando cifras preocupantes. Aunque la incidencia va a la baja, la presión hospitalaria y los datos de muertes son elevados.
Según el último balance del Ministerio de Sanidad, la cifra de fallecidos «con fecha de defunción en los últimos 7 días» es de 402. Un dato muy superior al que se registraba hace apenas un mes, cuando eran medio centenar.
El pasado 1 de agosto, por ejemplo, esa cifra ascendía a 207 fallecidos en una semana. El 8 de agosto, eran 262. Este mismo lunes, 242. En los últimos días, la cifra se ha disparado todavía más. El miércoles, el indicador se elevaba ya a los 374 fallecidos.
Unos datos que llaman la atención si se comparan con los registrados en los meses anteriores, cuando no se alcanzaba el centenar.
Fracaso en la vacunación
El Gobierno ha tratado de esconder esta semana el fracaso de Pedro Sánchez con la campaña de vacunación, al no lograr el objetivo de tener al 70% de la población inmunizada el pasado 18 de agosto. Una marca que se impuso el propio socialista y que convirtió en toda una estrategia de márketing para ocultar su pésima gestión de la crisis sanitaria.
Tras el fiasco, desde La Moncloa se apresuraron a matizar que ese porcentaje del 70% se refería a la «población diana», es decir, a los mayores de 12 años. Una precisión que Sánchez nunca hizo.
«Más del 70% de la población diana en España tiene ya la pauta completa de vacunación. Alcanzamos los 30 millones de personas totalmente protegidas. Este es el camino. Gracias a las comunidades autónomas, a los profesionales sanitarios y a la ciudadanía por su compromiso con este proceso de vacunación», escribió el jefe del Ejecutivo en sus redes sociales.
El presidente socialista lleva meses confiando toda su gestión de la pandemia a la campaña de vacunación, que ha sido criticada por las comunidades autónomas por su lentitud y los retrasos en la entrega de dosis.
Bajo ese objetivo de la inmunidad, Sánchez ha justificado algunas medidas polémicas, como el fin de las mascarillas, aprobado apenas unos días después de la concesión de los indultos a los líderes separatistas condenados por el referéndum ilegal en Cataluña.
Sánchez también ha renunciado a aprobar un marco jurídico que ofrezca garantías a las comunidades autónomas para aprobar medidas de contención de la pandemia.
El Partido Popular lleva meses ofreciendo al socialista su propuesta de ‘plan B jurídico’ que permitiría adoptar medidas más duras sin recurrir al estado de alarma.
Se trata de una reforma de la Ley Orgánica de Salud Pública con el fin de que, en casos de pandemia, las comunidades autónomas puedan limitar la circulación de personas y el derecho de reunión sin necesidad de decretar el estado de alarma
Según esta reforma, se concretaría el catálogo de actuaciones que pueden llevar a cabo las autoridades territoriales para proteger a sus ciudadanos, permitiendo por ejemplo «el sometimiento obligado» de las «personas sospechosas» a cuarentenas o a aislamientos y tratamientos de las personas afectadas.
También se dotaría de herramientas para poder «controlar o limitar las entradas y salidas de zonas afectadas o amenazadas y controlar o limitar el movimiento dentro de dicha zona, lo cual podrá afectar al derecho a la libre circulación y deambulación por vías públicas, así como el derecho de reunión que podrá estar condicionado en su ejercicio, tanto en lugares determinados, como en el número de personas».
Sánchez ha rechazado esta propuesta de forma sistemática. Y a ello se añade su pasividad frente a la variante Delta, mucho más transmisible y a la que se atribuyen la mayor parte de los contagios. De hecho, según admite ya el Ministerio de Sanidad, esta mutación es la responsable del 85% de las infecciones en nuestro país. Fernando Simón llegó a asegurar que apenas tendría presencia en España.